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Bienvenido a mi blog, espero que disfrutes cada palabra, cada texto y que dejes tu huellita. Disfruta de la vida, que sólo hay una y que pases un buen día :)








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miércoles, 28 de julio de 2010

Por un motivo o por otro, a muchas personas le han roto el corazón.


Katia dejó de leer y subió la cabeza, allí de pie vio al chico del súper, el chico que la dejó embobada. Sin pensárselo le dijo que se sentara y empezaron a charlar, por lo visto el moreno de ojos verdes se llama Erik un nombre interesante como debía de serlo él. Erik le dijo que cuando la vio en el súper le sorprendió la carita de niña que tenía, la cual le encantaba y eso hizo que la buscara hasta encontrarla, que tampoco fue demasiado difícil; una chica con esa carita ¿en qué lugar mejor iba a estar que en una heladería? Katia y Erik se dieron sus números para quedar otro día, Erik se marchó y cuando dio unos pasos se volvió y le sonrió. En ese momento Katia sabía que era el hombre de su vida, ése era su chico.
Pero ¿y si éste tampoco lo era? nunca se sabe, quizás pueden llegar a casarse o a no hablarse nunca más. Pero a Katia le daba igual, ella era fuerte (o eso decía) y podría soportar lo que viniese.
Cuando se terminó el helado se fue para su casa, allí se dio una ducha de agua fría y preparó la cena, hoy le apetecía un tazón de fideos calentitos, le vendría de muerte. Se los preparó y se sentó en el sofá con música tranquila, nada le relajaba más.
Cuando dieron las doce Katia se metió en la cama, ya era hora de descansar.
Una,dos,tres,cuatro,cinco,seis,siete,ocho,nueve,diez,diez y media...
You are my life(8)... Katia escuchó su móvil y con voz de enfadada dijo : "¿y quién me llamará a esta hora?" pero esa voz de enfadada cambió cuando escuchó a Erik decir "buenos días princesa ¿te he despertado?" ella rápidamente dijo "¡no qué va, estaba desayunando!"
Erik la llamó para invitarle a cenar esta noche, ni os imagináis la cara de Katia y sus ojos brillantes llenos de ilusión cuando colgó el teléfono ¡se moría de ganas de cenar con él! sabía que esa noche, era su noche.
Quedaron a las once en el restaurante L'amour, vaya nombrecito que tenía también el restaurante decía Katia ¡si es que ahí está el futuro! rió.
Llamó a su mejor amiga sobre las ocho para que la ayudara a vestirse y que la peinara, ya que ella era la mejor peluquera que conocía, la pintó, le eligió el mejor vestido, la puso como él la llamó; como una princesa.
Ya era la hora y Katia salió de casa, se dirigió al restaurante y allí le preguntó al camarero cual era su mesa, ya que estaba reservada. Él aún no había llegado, aunque no era raro, aún eran menos cinco.
¡Qué nervios, ya son las once y un minuto, ya tiene que estar por llegar! a Katia le temblaban las piernas y les sudaban las manos, no hacía otra cosa que mirar el reloj una y otra vez.
Las once y media marcaba su reloj, las doce, las doce y media... Katia estaba preocupada, ya estaba tardando demasiado ¡hace una hora y media que tenía que haber llegado! ¿y si le ha pasado algo? eran las una y cuarto y el camarero se le acercó y le dijo que iban a cerrar, que lo sentía. Katia no podía más y dos lágrimas recorrieron sus mejillas, esas que tanto le gustaba a Erik, ¿por qué la había dejado tirada? ¿por qué no la llamó al menos para decirle que no podía ir? o si la iba a dejar tirada ¿por qué quedó con ella? había tantas preguntas sin respuestas... aunque éso no es lo más importante, lo más importante es que una vez más le habían roto el corazón.

lunes, 26 de julio de 2010

Un chico que sea para mí.


¡Uf, ya es lunes! y ahora a vestirse y para la calle, dijo Katia. Hoy toca día de compras; primero súper y después al centro, a comprarse algún caprichito que de vez en cuando no está mal.
Siempre cuando salía a la calle salía muy mona, ya que le encanta arreglarse al menos un poquito, después de vestirse fue a la cocina a coger la lista de la compra, la metió en su bolso, cogió las llaves y se marchó. Ahora, os voy a contar un poquito la vida de Katia mientras ella llega al súper.
Katia es una joven enamoradiza, se ha enamorado de muchos chicos equivocados pero ella no se rinde, ella quiere conocer a más chicos hasta que llegue ese príncipe, su amor de verdad. Katia siempre había soñado con un hombre perfecto, pero con los años se dio cuenta que ese hombre no existe, sólo en cuentos. A veces se para a pensar en por qué nos hacen creer de pequeñas que el hombre es perfecto y que todo es perfecto en esta vida, si en realidad no lo es. Desde pequeños deberíamos de saber cómo es la vida, para que cuando seamos grandes no nos asustemos ni nos enamoremos de cualquiera, pero aún así, Katia sigue enamorándose de cualquier chico.
La chica enamoradiza llegó al súper y fue poco a poco tachando las cosas de la lista, hasta que se quedó con lo último "Un chico que sea para mí" al leerlo rió y se llamó ilusa. Fue a la caja a pagar y delante de ella había un hombre que más o menos le echaba su edad, moreno de piel, ojos verdes y pelo negro negro como la oscuridad. La verdad es que no podía dejar de mirarlo, no por lo guapo que era (que también) sino, que le transmitía algo, que los otros nunca les habían transmitido.
El chico que por fuera era perfecto terminó su compra y se marchó, Katia volvió a la tierra y pagó, cogió las bolsas y se dirigió a su coche para ir al centro.
Allí entró en sus tiendas favoritas ¡había tantas cosas que le gustaba que podría comprar la tienda entera! pero sólo se compró un colgante de una espiral, le encanta. Y bueno, también se compró un helado de nata, siempre se compra uno cuando va de compras. Se sentó un rato en la heladería mientras se lo tomaba y leía una revista. Al rato escuchó cómo una voz le decía "Hola ¿me puedo sentar?"
(continuará...)
Podéis seguir contestando a la entrada del día 21 aunque haya actualizado, no me viene mal más opciones! GRACIAS :)

jueves, 22 de julio de 2010

Esas cosquillitas que a mí por lo menos, me hacen sonreír.


Eran las seis de la tarde y dentro de un cuarto de hora llegaba el avión a Madrid, la ciudad donde Step y su hermana Maya viven. Bueno, dentro de unos minutos sería "vivían" porque se iban de allí para nunca volver. ¿Y ahora dónde irán? ni ellos lo sabían, pero se quieren ir lejos, muy lejos. Escucharon a la típica mujer que te avisa de que ya puedes salir de esa agobiante sala y fueron hacia la salida, pasaron por un túnel hasta ver a una azafata. Maya no era la primera vez que se montaba en un avión, ya que había viajado varias veces en él con sus amigas pero en cambio su hermano Step nunca había montado, ésta era su primera vez, su hermana le preguntó que qué sentía, ya que ella no recordaba lo que ella sintió en su día y él dijo: "siento pánico, siento miedo de subirme y de morir, pero en realidad sé que no me va a pasar nada, y que todo saldrá bien". Su hermana rió al oír a Step decir "siento miedo de morir" porque recordó que ella también hace unos años decía lo mismo. La azafata les ordenó que apagaran los móviles, todos los aparatos y que se abrocharan los cinturones.
Step intentaba tranquilizarse pensando en otras cosas, pero dejó de hacerlo cuando sintió como el avión poco a poco iba hacia arriba, sintió cosquillitas en el estómago, pero no de esas cosquillas de antes de una cita, sino de esas que sientes la primera vez que te montas en un avión y que algunas personas las siguen sintiendo.








Podéis seguir contestando a la entrada del día 21 aunque haya actualizado, no me viene mal más opciones! GRACIAS :)

miércoles, 21 de julio de 2010

¿Qué tema os gustaría?

¿Sobre qué os gustaría que fuese la siguiente entrada, sobre qué tema? Tiene que ser algo que le suela pasar a mucha gente en esta vida, o sino, algo que le podría pasar.


¡Un beso, que paséis un buen día y espero respuestas! :)

domingo, 18 de julio de 2010

Sensaciones que sientes por primera vez.


¡No sé que vestido ponerme! gritó enloquecida Mireia, éste azul es muy bonito pero en cambio éste blanco es más sexy ¿cuál le gustará más? ¿el azul o el blanco? ¡nunca lo sabrás! se dijo.
Al final se decidió por el azul y fue directa a pintarse, se puso sombra de ojos, rímel, y en los labios se echó brillo, hoy, no quería llamar la atención con el color rojo.
Tic-tac-tic-tac, Mirea sólo sabía mirar el reloj, mirarse al espejo por si algo estaba mal y andar de un lado para otro, quería que llegara la hora ya, y que pasara lo que tuviese que pasar.
Por fin la hora llegó y salió de su casa, fue al restaurante donde habían quedado y allí estaba él, Mireia se alegró de haber quedado con alguien tan puntual, ya que odia esperar.
Pidieron dos cócteles, y empezaron a charlar, sobre qué estudiaban, qué querían hacer y por último, sobre el amor. Ella le dijo que nunca tuvo novio ya que nunca apareció nadie especial, él en cambio sí, tuvo tres novias pero no le duraron mucho tiempo, la última le duró cinco meses y esperaba que la siguiente le durara para toda la vida. Entre charlas y charlas ya dieron las doce pero ellos se quedaron con ganas de más, de estar más tiempo juntos así que, ella lo invitó a su casa, allí estarían más tranquilos, podrían beber alcohol sin que nadie les cobrase y tampoco que nadie los echara de allí. Por el camino siguieron hablando, él contando chistes y ella hartándose de llorar de la risa, era una imagen muy bonita. Cuando llegaron él se acomodó en el sofá y ella sacó algo para picar, preparó dos whiskies y puso un poco de música de fondo. Siguieron hablando hasta un momento que él se le quedó mirando, ella no sabía si el momento había llegado o si él le quería decir algo, pero estaba nerviosa, muy nerviosa. Él le seguía mirando, cada vez se acercaba más y más, a Mireia le sudaban las manos, miraba hacia abajo, pero lo veía acercándose... hasta que la besó, fue un beso dulce y apasionado, fue su primer beso en los diecinueve años vividos y los dos en ese momento supieron que era el hombre y la mujer de su vida.

miércoles, 14 de julio de 2010

Duras palabras que algunas personas han tenido que escuchar.


Sentado en la silla de espera estaba Pau, un chico catalán de veinte años. Estaba esperando su turno para entrar y que el médico le dijera qué tenía, qué veía en esas pruebas que le hicieron, tras esperar hora y media al fin llegó la hora y entró. Allí estaba el hombre de la bata blanca, el que le iba a dar la noticia, la noticia que él quería saber y cuando se enteró se arrepintió de haber escuchado estas duras palabras: " Siento decirte Pau, que sólo te quedan dos años de vida, tienes cáncer". El "tienes cáncer" se le repetía varias veces en la cabeza y él sólo decía "no, no, no puede ser, no". Salió de la sala con la cara descompuesta, la gente lo miraba con cara de ¿pero qué le habrá pasado a ese chico? ni se lo imaginaban...
Cuando llegó a su piso, se encontró a su querida Estrella, su novia. Ella como siempre tan sonriente fue hacia él corriendo, lo abrazó y lo besó; le preguntó que qué le había dicho el médico, si todo estaba bien, pero por su cara se imaginó que no. Dejó lo que estaba haciendo para después y lo sentó en el sofá; él empezó a hablar, le dijo lo que tenía y el tiempo que le quedaba. A Estrella le entraron unas enormes ganas de llorar pero no lo hizo, lo que menos necesitaba Pau es que sintieran pena por él y ver a gente triste, suficiente tenía con su propia pena; pero eso sí, él no pudo contener las lágrimas. Estrella lo abrazó como nunca lo hizo y le dijo que jamás lo iba a dejar solo, que iba a estar con él las 24 h del día hasta que llegara el momento. Y así lo hizo, el 23 de octubre, justo cuando hacían cuatro años de novio, Estrella se despertó para prepararle el desayuno como hacía todas las mañanas, pero cuando fue a darle un beso lo notó frío y con la cara pálida y en ese preciso momento supo que el día había llegado.

martes, 13 de julio de 2010

Lo que todos sentimos minutos antes de una cita.


Jessica empezó a sentir cosas en el estómago, bebía mucha agua para ver si se le pasaba, ya que era una sensación que no le gustaba. Su mejor amiga Anna le dijo que no bebiera más para que se le quitara esa sensación porque no lo iba a lograr, Jessica le preguntó que cómo sabía eso, y ella le contestó: "Porque las mariposas en el estómago cinco minutos antes de una cita no se quitan bebiendo agua, Jess"