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Bienvenido a mi blog, espero que disfrutes cada palabra, cada texto y que dejes tu huellita. Disfruta de la vida, que sólo hay una y que pases un buen día :)








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miércoles, 18 de agosto de 2010

Esas ganas de vivir y de comerte el mundo.

Este era su día, llevaba un año planeando ese viaje ¡y al fin había llegado! Por fin podrá desconectar del mundo, y disfrutar un poco de la vida. ¿Y dónde va? a un pueblo de Jaén (Albanchez de Magina), en Andalucía. Ahora tocaba hacer la maleta (algo que le encantaba) y sobre todo hacer la listita ¡ay cuánto le gusta viajar! ¿Sabéis lo que ella sentía? esas ganas de vivir y de comerte el mundo ¿os suena?




Pues bien, como he dicho arriba, Lavidamisma se va a vivirla a otro lado! ya era hora señores, necesitaba un respiro. A la vuelta os traeré más cositas, vuelvo sobre el día 1 de septiembre, pero quizás no escriba nada sobre el 3 o así. Espero que escribáis muchas cositas para que a mi vuelta leeros y que me saquéis alguna que otra sonrisita :) Que lo paséis bien y pensaré mucho en vosotros, escritores!(L)

martes, 17 de agosto de 2010

Esas palabras que no decimos y perdemos besos, amor y a personas.


Vio como ella se daba media vuelta y se marchaba, quizás fuese la última vez que la viese y por eso aunque tuviese los ojos nublados por las lágrimas no dejaba un segundo de mirarla.
El tiempo se hacía eterno, parecía que habían pasado horas y horas hasta que ella, su vida entera desapareció tras girar la esquina.
Las lágrimas caían y caían pero él seguía allí mirando hacia el frente; hacia la nada, porque ya no había nada.

Notó cómo gotas le caían en la cabeza y en sus brazos, y esta vez sus lágrimas no eran; el cielo era el que estaba llorando. Abrió su paraguas y como ella hizo, se dio media vuelta pero para la dirección contraria, mientras andaba se le pasó por la cabeza todos los momentos bonitos que habían pasado, y también malos como éste, pero este momento quizás fuese el último. Ya no habría más momentos malos, pero tampoco bonitos. Ya no habría más besos ¿y todo por qué?
por no saber decir te necesito.

viernes, 13 de agosto de 2010

Soñar ¿quién de aquí no sueña y ni le hacen levantarse con una sonrisa en la cara?


- ¿En qué piensas?

- En el sueño que tuve ayer.

- ¿Tú sueñas?

- Claro ¿y quién no?- preguntó medio riéndose.

- Yo, hace años que no lo hago.

- Es imposible que no sueñes, pero sí es posible que no recuerdes qué soñaste. A mí una de las cosas que me gusta hacer en la vida es soñar, mis sueños siempre son sueños increíbles, sólo en ellos hago lo que verdaderamente quiero, y estoy con la persona que deseo, en mis sueños sólo soy feliz, al abrir los ojos y ver la realidad, la felicidad se va tan rápida como viene, y vuelvo a ser una chica miserable.

- Para mí los sueños son jodidos, a pesar de que puedas sentirte bien mientras sueñas porque estás realizando cosas que quieres y demás ¿ pero cuando te despiertas qué? te encuentras la puta realidad.

- Lo sé, por eso intento dormir lo que más puedo y seguir soñando durante horas, porque también tiene otra parte buena soñar.

- ¿Ah sí? ¿Cuál?

- Que es gratis amigo, que es gratis.

martes, 10 de agosto de 2010

El primer amor, nunca se olvida.



Hoy es el día que tanto le preocupaba ayer. No sabía si sentía aún algo por ella, si al verla volvería esas cosquillas de hace años o simplemente si venía acompañado.
No paraba de morderse las uñas, esas uñas que hacía años que no se mordía, exactamente se las dejó de morder el día que se dijeron adiós, porque siempre que estaba con él una simple mirada la ponía tan nerviosa que las uñas la llamaban a gritos.
Pensó en ponerse algo que él al verla, la reconociese.
No tardó mucho en saberlo, se iba poner el vestido que él le regaló y el que se puso cuando hicieron cinco años. Quería ver si lo recordaba o ya lo había olvidado, lo quería poner a prueba.

-Bueno, creo que va siendo hora de marcharse - dijo Sophie casi tartamudeando.

Al llegar al aeropuerto le vino el recuerdo de Chris dándole un beso, el último beso. Lloraron como nunca habían llorado, él intentaba aguantar las lágrimas, pero no podía, verla llorar y pensar que jamás iba a volver a verla, que nunca más podría rozar sus labios, ni su piel, ni hacer el amor con ella, ni volver a decirle cuánto la quiere, pero estaban equivocados.

- Oye perdona ¿tiene usted hora? es que he quedado con una antigua...

- ¿Una antigua qué, Chris? - preguntó mientras sonreía.

- Dios mío, Sophie, estás guapísima.

- Hombre gracias, tú tampoco estás nada mal, pero bueno ¿no me vas a dar un abrazo?

- ¡Claro que sí, ven para acá, canija mía!


Se abrazaron con unas ganas enormes, que más de un hueso se escuchó crujir.
Mientras estaban abrazados a Sophie le vino el olor a la colonia que ella años atrás le había regalado, a ambos les encantaban. A los dos, se le saltaron alguna que otra lágrima, y a ninguno les gustaba que les viesen llorar, así que rápidamente se la llevaban en el dedo índice.

- Veo que sigues con aquella colonia que te regalé- le decía mientras dejaba de abrazarlo.

- Y yo veo que te sigue quedando de muerte aquel vestido que te regalé.

- Está claro aunque pasen los años, a mí todo me queda de muerte ¿qué te crees?- rió

- ¿Cómo eres eh? echaba tantísimo esas palabras, ese "¿qué te crees?" ni te lo imaginas.

- Y tú ni te imaginas cómo he echado de menos rozar tus labios, sentir tu respiración, desde que te fuiste odio tener que dormir, porque ya no hay nadie que me abrace cuando tengo frío, y ni te imaginas cuánto echo de menos hacerte el amor.

- No sé a qué estamos esperando, si los dos nos morimos de ganas; ven aquí y bésame.

- Pero antes respóndeme a lo que te pregunté, ¿a una antigua qué?

- A una antigua novia, a mi primer amor, a mi vida, y a la que he amado durante años y jamás he podido sacármela del corazón, a ti amor, a ti.

domingo, 8 de agosto de 2010

Recordar nuestra infancia, nuestro pasado.


Domingo por la tarde, ningún plan para salir ¿qué podía hacer? ¡ah sí, ya sé! pensó en tirar cosas de un baúl que tenía debajo de la cama, que seguro que había muchísimas cosas que no quería y estaban ahí cogiendo polvo. Cuando lo abrió vio de tantas cosas que había muchísimas fotos, en las que salía ella cuando era pequeña, había fotos de cada año, se veía perfectamente cómo iba cambiando con los años, había una que le hizo mucha gracia, estaba vestida de payaso y con la lengua a fuera ¡qué mona! decía. También había una foto con un amiguito suyo, esos típicos amigos de la infancia que ya no sabes nada de ellos, es triste sí, pero es así. En una de las fotos estaba ella metida en la cuna con un peluche,
le encantaba ese peluche, iba a todos lados con él.
Dejó las fotos a un lado y lo buscó, lo quería tener en sus brazos después de tantos años, a pesar de la edad que tenía quería volver a dormir con él y llevárselo escondido en el bolso, a donde ella fuera, como en los viejos tiempos. Buscando y buscando al fin lo encontró, estaba un poco estropeado y lleno de polvo pero no le importaba, lo quería igual.
Lo colocó encima de su cama y siguió buscando en el baúl, encontró varios dibujos de ella, casi siempre solía dibujar a papá y a mamá y cómo no, a ella en medio. Nunca conoció a su madre, pero como su padre la describía ella se la imaginaba y la dibujaba, según papá era clavadita.
Esos dibujos los colgó en su corcho, para que cada vez que se levantara por la mañana, verlos y sonreír.
Había cartas que ella escribía a su mamá y que nunca les llegó, también había algún que otro cuaderno de primaria, más fotos, más dibujos, más peluches, y muchos, muchos recuerdos...

viernes, 6 de agosto de 2010

Sentirnos solos, rodeados de gente.


Lloraba y lloraba, tanto que creía que en cualquier momento podrían salir lágrimas de sangre.
Le dolía la barriga, y el estómago se lo notaba vacío, a pesar de tenerlo lleno. Pero lo que ella realmente notaba vacío no era su estómago, sino ella misma. Se sentía sola, como un perro en la autopista, pero en realidad no lo estaba. Tenía una familia, tenía amigos y mejores amigos, eso era lo peor; estaba sola rodeada de gente. Sólo había una persona que la acompañaba en sus días malos, como éste, su hermanita de siete años. Su hermana estaba siempre con ella, sin entender qué le pasaba ni lo que sentía, sólo le abrazaba y le decía " no llores hermanita, que te vas a quedar sin agüita en el cuerpo" esas palabras le hacían sonreír, era lo único.
También tenía una amiga, bueno, su mejor amiga. Pero ella esta vez no estaba a su lado como siempre lo hacía, creo que intercambió los papeles con su hermana, sino, no se lo explicaba.
Esa amiga para ella era como una hermana, se contaban todo, reían y lloraban juntas, pero la cosa había cambiado, o eso parecía. Quería dejar de sentirse vacía, de sentir cómo las malditas lágrimas corrían por su mejillas hasta caer al suelo, donde ahí su hermanita las limpiaba con clínex, porque según ella, si seguía así iba a inundar el piso.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Fidelidad ¿dónde estás?


Dos cuerpos desnudos, después de ser uno. Parecían una parejita feliz, de estas típicas que hacen el amor, pero no, no eran ni parejita, ni felices ni habían hecho el amor, follar se llama lo que habían hecho, cero amor.

Él se paseó desnudo por el piso, a pesar de que las ventanas estuviesen abiertas y las vecinas cotillas del bloque de enfrente supieran lo que pasaba en ese piso. Ella se lo había dicho mil veces, incluso a gritos, pero se veía que a él no le importaba nada, sólo pensaba en follar, follar y más follar, todo lo demás que tuviese que ver con ella le importaba una mierda, pero en cambio a ella no. Se estaba jugando su fortuna, podría quedarse fácilmente en la calle, sólo por culpa de ese estúpido. Pero había algo que le encantaba, le ponía.

-Cariño, ya estoy en casa ¿qué comeremos hoy?

-Joder, joder y joder ¡Ven, escóndete debajo de la cama, corre!

- ¿Cari, con quién hablas?

- Uf, con nadie amor, estaba hablando sola, ya sabes... estoy medio loca.

- ¡Ains, loco me tienes tú a mí! ¡Cuánto te quiero!

- Y yo, amor mío, y yo.

domingo, 1 de agosto de 2010

Sueños que deseamos que se hagan realidad.

Iban de camino a la playa cogidos de la mano, como una parejita más. Aunque en realidad eran algo distintos, otras parejas que habían a su alrededor se estaban insultando, otras estaban pegaditos pegaditos, demasiado empalagosos para su gusto.
A él le gustaba una relación como la que tenía. Que si estaba diez minuto sin estar de la mano de ella, no se muriese, aunque bueno diez minutos sin besarla eso era imposible. Y ella más de lo mismo, aunque a veces hacían retos a ver si duraban sin darse un beso, pero ya digo, de los diez minutos no pasaban. Antes de llegar a la playa se pararon en unos puestos que había, para verlos. Había uno que hacían hmm ¿cómo era? ¡Ah sí! nubes rosas ( les gustaban llamarles así)
¡qué ricas que están! Siguieron viendo puestos y habían de flores, otros de pulseras de maderas, colgantes y anillos, otros de chucherías gigantes, etc.
Livia se quedó en el de las flores mientras Robert se quedó
en el de las chuches (qué glotón que es)
A continuación siguieron viendo puestos hasta llegar a la playa, allí pusieron una mantita para no sentarse encima de la arena y sacaron algunos caprichitos que habían traído de casa.
Pasaron la noche allí y vieron el amanecer, su primer amanecer juntos.
Robert en ese momento estaba feliz, se sentía super bien con Livia de compañía, y ella tenía una sonrisa de oreja a oreja preciosa. Mientras veían el amanecer abrazados Livia con el brazo izquierdo cogió una cosita y se la dio: era una rosa. Robert se quedó boquiabierto, no se lo esperaba y fue a besarla cuando ¡Pum! Robert se despertó, sólo era un sueño, un maldito sueño que desearía que se volviera realidad. Miró para todos los lados para buscarla, a su Livia, a esa mujer que la quería tanto, a su pareja. Pero sólo veía su mesa con el ordenador, su armario, ropa que tenía que recoger y la puerta, esa puerta en la que él tiene la esperanza de que se abra y aparezca alguien diciéndole que le quiere.






(Y ese alguien, es Livia)